Estrategias competitivas de Michael Porter
Porter describió las estrategias competitiva, como las
acciones ofensivas o defensivas de una empresa para crear una posición
defendible dentro de una industria, acciones que eran la respuesta a las cinco
fuerzas competitivas que el autor indicó como determinantes de la naturaleza y
el grado de competencia que rodeaba a una empresa y que, como resultado,
buscaba obtener un importante rendimiento sobre la inversión.
Las tres estrategias genéricas planteadas por Michael
Porter son: liderazgo
global en costos, diferenciación y enfoque
o concentración, a través de ellas una empresa puede hacer frente a
las cinco fuerzas que moldean la competencia en un sector y
conseguir una ventaja competitiva sostenible que le permita superar a las
firmas rivales.
Liderazgo global en costos:
En la estrategia de liderazgo
global en costos, la empresa debe tener la capacidad de reducir
costos en todos los eslabones de su cadena de valor, de tal manera que la
disminución de gastos redunde en un mejor precio para el consumidor y en
consecuencia en una mayor participación de mercado.
Esta estrategia requiere un conocimiento detallado y
profundo de las actividades de la cadena de valor para identificar aquellas en
las cuales se pueden alcanzar ventajas en costos. El análisis de las
actividades en la cadena de valor se realiza desde el punto de vista de los
impulsores de costos. El principal motor en la estrategia de liderazgo de
costos es la curva de experiencia, según la cual el costo unitario de
producción disminuye con el número acumulado de unidades producidas. Esta
ventaja se considera de carácter sostenible, puesto que no es fácil de imitar
por los seguidores mientras no cambie la tecnología de producción. En
contraste, las economías de escala pueden ser imitadas más fácilmente.
Diferenciación:
En la estrategia de diferenciación la empresa debe producir
servicios/productos exclusivos que sean percibidos así por los consumidores,
quienes están en disposición de pagar más por tenerlos.
Implica que la unidad de negocios ofrece algo único,
inigualado por sus competidores, y que es valorado por sus compradores más allá
del hecho de ofrecer simplemente un precio inferior. Es necesario comprender la
fuente potencial central de diferenciación que surge de las actividades de la
cadena de valor y el despliegue de la pericia necesaria para que dichas
potencialidades se hagan realidad. La diferenciación exige la creación de algo
que sea percibido como único en toda la industria. Los enfoques respecto de la
diferenciación pueden adquirir muchas formas: diseño o imagen de marca,
tecnología, características, servicio al cliente, red de corredores u otras
dimensiones.
Enfoque
o concentración:
Con una estrategia de enfoque o concentración
(segmentación o especialización) la empresa se concentra en
satisfacer segmentos bien definidos, de población, de productos o geográficos.
La estrategia de concentración, (tanto la basada en
costes como en diferenciación) se caracteriza por la elección previa de un
segmento, mercado local, fase del proceso productivo, etc. y por ajustar una
estrategia óptima que responda a las necesidades específicas de los clientes
escogidos. Se trata, en consecuencia, no de ser los mejores (en coste o en
diferenciación) del mercado, pero sí de ser los mejores en el segmento
escogido. La concentración puede apoyarse en la existencia de tipologías
distintas de compradores (con estrategias de compra distintas), en la
existencia de canales de distribución distintos (venta directa, por minoristas,
por representantes, por correo, etc., etc.) y en la posibilidad de ofrecer
variedades distintas de productos (tamaño, calidad, precio, prestaciones,
etc.).
Nota: Las dos primeras, liderazgo en costos y
diferenciación, buscan la ventaja general en su sector, mientras que la
tercera, enfoque, busca tener la ventaja dentro de un mercado objetivo.
Riesgos de las estrategias genéricas
Los líderes en costos deben preocuparse por el cambio
tecnológico capaz de anular las inversiones pasadas en economías de escala o
aprendizaje acumulado. En una economía cada día más global, el liderazgo en los
costos es particularmente vulnerable a los nuevos ingresantes de otras partes
del mundo que pueden aprovechar los costos más bajos de los factores. Hasta
hace poco, la inflación amenazaba con reducir el costo diferencial de precios
que los líderes podían mantener frente a competidores que utilizaban estrategias
diferenciadoras.
El mayor desafío para los diferenciadores es la
imitación, que reduce la diferenciación real y percibida. Si ocurre eso, los
compradores pueden cambiar su mentalidad acerca de lo que constituye la
diferenciación y cambiar, por ende, sus lealtades y preferencias.
El mayor desafío que plantean las posturas genéricas
es la creación de sustentabilidad. Para los líderes en costos, esto significa
mejorar continuamente la eficiencia, buscar fuentes de suministro menos
costosas y hallar la manera de reducir los costos de fabricación y
distribución. Para los diferenciadores, el desafío está en levantar barreras de
ingreso en torno de su carácter único, utilizar fuentes de diferenciación
múltiples y, cuando les resulte posible, crear costos críticos para los
clientes, Desde una óptica organizacional, una estrategia de diferenciación
requiere una fuerte coordinación entre I&D, desarrollo de productos y
marketing, e incentivos destinados a la creación de valor y la creatividad.
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